Desde que estoy en Londres, comprendí que muchas de las costumbres
españolas, ya sean vividas a través de mi, ya
sean vividas a través de familiares, amigos o conocidos, tendrían
que ser aparcadas. Y un claro ejemplo de ello es, como no, la Semana
Santa.
Olvidémonos
de los penitentes y sus capiruchos, de los santos, las velas y el
incienso,centrémonos en los huevos de Pascua. No sólo costumbre de
países anglosajones, de Estados Unidos o América Central, sino
también, por ejemplo, de la comunidad catalana o valenciana. Pero,
¿cuál es su origen?
Parece
ser que en tiempos prehistóricos, cuando pasado el invierno y ya con
pocas provisiones, los huevos de las primeras aves que migraban, eran
la única comida disponible. Para las antiguas civilizaciones de
Grecia, China, Persia y Egipto, el huevo era símbolo de vida: final
del invierno y comienzo de la primavera, con el renacer de los
árboles y flores.
Pero el origen cristiano radica en que, durante la Cuaresma, los
cristianos no podían comer huevos ni productos lácteos, por lo que
pasada la misma, todos esos huevos que habían guardado durante ese
tiempo, los regalaban a familiares y amigos. Costumbre que viene de
los egipcios, los cuales los decoraban, regalaban y adornaban en sus
casas.
Y
claro, llegado a este punto, me pregunté qué relación existía
entre el conejo y los huevos: la leyenda más común cuenta que en el
sepulcro donde fue enterrado Jesús, había un conejo que presenció
la resurrección de Cristo, y como no podía comunicarlo mediante
palabras, lo hizo mediante los huevos pintados, significado de vida.
Y
es por todo ello, que en estos días Londres es una ciudad para poder
permitirse una escapa, sobre todo, si se viene con niños, ya que
existen múltiples actividades para ellos como. Por ejemplo, en Kew
Gardens se organiza una búsqueda de huevos de pascua y juegos
infantiles, o en Kenwood House, se buscan huevos de madera
escondidos, que luego serán sustituidos, en forma de premio, por
huevos de chocolate.
Gracias
al sitio donde trabajo, Paseando Por Londres, tengo la suerte de ver
a Londres, a través de sus rutas, vestida para la ocasión. ¿Te
apuntas?
Un
saludo,
Mª
del Mar Castro
Equipo
PPL.
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